“Las costumbres de Cuenca son
profundamente relijiosas y profundamente originales; a causa sin duda de tener
poca comunicación no solo con el exterior sino aún con los pueblos del
interior. Esto le ha hecho conservar el fuerte sentimiento religioso heredado
de sus ascendientes los españoles y esto le ha dado también una fisonomía muy
particular que merece ser estudiada. La relijión y la piedad son el carácter
dominante del pueblo cuencano; ellas prenden las fiestas no solo del templo
sino también de la familia; el santo que asiste a la iglesia para oír la misa y
sin cuya asistencia la misa no vale, debe tener también en la casa del pasante
un altar bien adornado con flores y luces para que presencie las alegrías
domésticas; desgraciadamente estas alegrías no se contienen dentro de los límites
de la moderación; porque sucediéndose las copas y las danzas, animados los
celebrantes con los sonidos de la música que no puede faltar viene a parar todo,
muchas veces, en una espantosa borrachera i bacanal, cosa que no puede agradar
a Dios ni al santo. Pero, como dijimos al principio, las principales fiestas
populares son las del Niño y la de los inocentes; entonces cada familia debe
pasar alguna misa en honor del Niño que expresan toda la ternura y sentimientos
del corazón. Estos himnos son ejecutados casi siempre por una voz infantil y
acompañados por varios instrumentos, además del órgano.”
Archivo
San Alfonso – Cuenca. Crónica, tomo I, 1882 págs. 217-218.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario