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domingo, 12 de abril de 2015

Palabras para la ciudad de Cuenca.


AURELIO ESPINOZA POLIT S. J.


Sin duda el más alto exponente del humanismo en las letras ecuatorianas es este gran cultor de los clásicos universales y quien con sólo su Virgilio y su Misión Providencial, tiene valor sobrado para presentarse en el más alto cenáculo del pensamiento y la literatura americana. Rector entonces (1957) de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, tuvo para Cuenca estos enaltecedores conceptos:

“No pudo idearse deferencia más justa, ni más debida que este homenaje a los representantes autorizados de la intelectualidad ecuatoriana, a la ciudad egregia que, en el culto del espíritu, ha conquistado una verdadera hegemonía en nuestra patria, pues, sin descuidar los necesarios progresos materiales, ha preferido cifrar su prez y honor en destacarse entre todos por los valores del espíritu.
La desproporción que hay desde los tiempos coloniales se advertía entre la importancia política y económica del Reino de Quito y su significación cultural, se ha perpetuado hasta nuestros días y es objeto de no pequeña admiración para intelectuales extranjeros que nos visitan y que no pueden menos que entablar comparaciones con países más poderosos en que la proporción es inversa. Es anomalía que nos honra a los ecuatorianos, sensibles en muchas ciudades del país, lo es tal vez en Cuenca más que en ninguna otra. Pues aunque todas nuestras ciudades cuentan en su elenco de hombres notables con grandes figuras de espiritual valía, ninguna hay, en todo caso, en que haya tenido tan indisputable primacía en el concepto mismo de valor espiritual; ninguna en que su estimación se haya sobrepuesto victoriosamente a la ruín preponderancia del dinero o del poder; ninguna, sobre todo, en que esta valoración espiritual haya llegado a alcanzar como en Cuenca, el mérito insigne del fenómeno colectivo”.




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JUSTINO CORNEJO


Alto valor intelectual del país. Sus trabajos lingüísticos son de reconocido mérito, destacándose también como crítico literario.


CUENCA DE LOS ANDES.-        Cuenca es una tierra singular: todo ahí parece haber contribuido a convertir aquella porción ecuatoriana en uno de los puntos más interesantes del Ecuador, puntos hacia el cual tenemos, por fuerza, que volver la vista y el corazón. Las letras y las artes, las ciencias también han crecido y fructificado a orillas del Tomebamba murmurador y casto, y desde ese vergel colmado de luz, de flores y de trinos, han salido personajes admirables que han honrado en todo tiempo al Foro y la Diplomacia, al Parlamento y al Periodismo, al Parnaso y la Docencia, a la Milicia y al Clero. Abrid la Historia y quedaréis maravillados al reparar en el número de los azuayos celebres que han llevado, con el suyo brillante, el nombre del Ecuador por muchos rincones de la tierra. Creyendo saberlo, no sabemos lo que guarda Cuenca para el Ecuador, para el Mundo. De ahí que haya dicho alguna vez, que era precioso descubrirla y conquistarla; conquistarla también, con amor y talento, para honra y gloria de la República y de la cultura universal.”



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ENRIQUE ARROYO DELGADO


Diplomático ecuatoriano de amplia experiencia y reconocido prestigio. Ministro de Gobierno y de Educación, ha cumplido importantes y delicadas funciones representando al país. Sobre cuenca dice:


“… Y le orlo con marco magnífico que tendrá las transparencias del cristal y las suaves armonías del agua pasajera; como para que Santa Ana de los Ríos de Cuenca, fuese cuna propicia para todas las delicadezas del espíritu y todas las sonoridades del idioma materno.
Y complacido de su obra Dios la bendijo, llenó en su fructífera existencia las páginas de nuestra historia internacional y política, de nuestro parlamento de nuestra literatura, dándole al Ecuador una pléyade de hombre superiores.”

EDUARDO SALAZAR GOMEZ
Destacado valor político, internacionalista de reconocido prestigio, escritor de valiosos libros y brillantes ensayos, dice sobre Cuenca:

“A esta Cuenca noble y erudita, a esta Cuenca que por el desarrollo de su intelecto ya individual, ya colectivo, brilla en el campo de la avanzada ecuatoriana vaya en tributo de admiración y reverencia.
Que siga su destino cultural, con la antorcha del progreso en la mano como modelo de capacidad cerebral y oasis del espíritu.
Para Cuenca mi devoción y el himno de sinceridad y de lealtad que para ella emana mi incensario.”



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JULIO ENRIQUE MORENO



Sociólogo distinguido que en este campo ha dejado obra de notable mérito. Representando al liberalismo, que le tenía entre sus más altos exponentes, tuvo notable figuración política habiendo por poco tiempo encargándose de la Jefatura del Estado.


EL AMOR A LA TRADICIÓN.-   La Patria es, ante todo, una historia conocida y amada en común y el civismo consiste, especialmente, en saber arrancar de las tradiciones alientos de perpetuidad. Por eso, he considerado siempre que los pueblos azuayos son modelo y ejemplo en la formación del sentimiento de amor a la Patria: tienen la pasión de sus tradiciones y el culto de sus grandes hombres.”


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GENERAL ANGEL ISAAC CHIRIBOGA



Es figura que destaca no sólo en la carrera militar sino también como atinado diplomático e historiador de reconocido merito, teniendo especial labor sus estudios e investigaciones sobre la batalla de Tarqui.



GRANDEZA Y HERMOSURA DE CUENCA Y LA PROVINCIA DEL AZUAY.-     Es admirable la grandeza de la provincia azuaya. Cuenca es una ciudad castellana de aquellas que quedan pocas en América. Los encantos de su belleza sólo pueden ser comparables a los de las ciudades españolas: Granada o Sevilla. Sus campos siempre floridos, donde la Primavera ha establecido sus reales, incitan al ensueño, a la oración y al canto. Al recorrerlos, pensaba en los deliciosos cármenes moriscos de la España legendaria. Allí, la gentileza y la cultura marchan armónicas: en ella están los más elevados exponentes nacionales en la Letras, en la Poesía, en la Historia, en la Diplomacia y en las Artes…
Cómo no exponer la virtuosa galanura de la bella y espiritual mujer azuaya, sutil, inteligente, airosa como las flores de sus campos, y diáfana y pura como las aguas de sus ríos, Ellas, como la Laura del Petrarca, la Margarita de Goethe, la Graciela de Lamartine y la María de Isaacs, son las dulces inspiradoras de sus bardos y poetas. Se diría que cada una de ellas es una fuente de amor y poesía, en que vive y palpita el alma misma de esa maravillosa Arcadia de los Andes, y porque son ingenuas y románticas, acaso no han proscrito aún la escala de seda, las serenatas a la luz de la luna, las rejas floridas… Cuenca es la ciudad luz y armonía, dotada de los más preciosos dones de la naturaleza, clásica y legendaria en todas sus manifestaciones”.



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PADRE REGINALDO MARIA ARIZAGA



De la orden de Predicadores se ha distinguido por su labor en el campo de la crítica literaria habiendo juzgado la personalidad y la obra de poetas y literatos del Ecuador y de América.



CUENCA.-      Cuenca, surgió a la vida independiente, con un caudal del riqueza espiritual, para cooperar a la consolidación firme y robusta de nuestra nacionalidad ecuatoriana, aportando para ella, el concurso de su pluma, espada y lira, puesto que esta triple aureola; vino circundada desde el día de su nacimiento a la vida autónoma. Y esa misión presidencial, trazada por el dedo de Dios, en la ruta de los pueblos arrancados del tutelaje de la Corona de España, ha sabido en todo tiempo cumplir de modo sobrehumano, al par que enaltecería con sus hechos maravillosos, dignos de los inmortales clarines de la epopeya. ”


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MIGUEL ALBORNOZ

El Doctor Albornoz se destacó como una de las figuras más notables del liberalismo que postuló como candidato a la Presidencia de la República. Fue, además un intelectual y poeta de prestigio.

CUENCA, CIUDAD UNIVERSITARIA.-        Esa capital azuaya parece fue construida con universitarios presentimientos. Quién sabe si aquel inescrutible señor Gil Ramírez Dávalos, halló una deliciosa superioridad doctoral en el río de razonar constante y el paisaje abierto como libro. Así, tal vez, guarda alguna impresión traída desde Salamanca, ese conjunto de claros y balcones, de muros enjabelgados y de torreones de metafísicas agudezas. Debe de ser por todo esto que la ciudad se ha difundido en torno al claustro del alma mater; y, por ello también que mantiene tradiciones de vieja hospitalidad castellana. Ciudad universitaria, o mejor dicho, universidad hecha urbe.”



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LUIS ROBALINO DAVILA


Notabilísimo historiador y diplomático. Fruto de sus investigaciones históricas son los diez y más volúmenes en los que juzga la historia republicana del Ecuador, teniendo mérito excelente su biografía de don Gabriel García Moreno. Hasta el final de su larga vida el Señor Robalino Dávila guardaba especial aprecio y admiración a Cuenca.



CUENCA! CIUDAD UNIVERSITARIA.-           Avalorando la importancia de un centro cuyo ambiente sea única y exclusivamente intelectual, he pensado en lo hermoso y útil que sería crear en el Ecuador una ciudad universitaria. Cuenca fue la ciudad que se presentó a mi espíritu como la elegida para sede de aquella Universidad de mi ensueño. Está situada en una fértil y riente planicie, cruzada por ríos que se deslizan tranquilos, sin la impetuosidad de los torrentes que bajan de los Andes en otras regiones de mi país. A 2.581 metros sobre el nivel del mar, goza de un clima paradisíaco, sin frío ni calor. Cuenca ha conservado su ambiente de ciudad hidalga, habitada por familias patricias, amantes de sus tradiciones. Su vida sencilla y patriarcal tiene sugestión irresistible; allí hay cristianos viejos y gentes austeras y noblotas. Las faenas agrícolas y la industria de sombreros de paja son las ocupaciones de sus moradores. Los señores consagran su tiempo a la vigilancia de sus haciendas y al cultivo de las Letras. Cuenca, que posee una Universidad ilustrísima, ha dado al Ecuador algunos de los hombres más notables que tiene su literatura. Allí nacieron: Fray Vicente Solano, polígrafo asombroso; don Antonio Borrero, historiador y escritor de alta valía, que sucedió en la Presidencia de la República a García Moreno; familias de hombres de letras, tales como los Arízaga, Malo, Matovelle, Córdova, de los que salieron escritores, oradores, diplomáticos; poetas de la suavidad de Miguel Moreno y de la alta inspiración de Luis Cordero, otro Presidente que fue del Ecuador. Y vive aún (en 1927) en el apacible solar cuencano, amándolo y enalteciéndolo, el doctor Honorato Vásquez, poeta, internacionalista, diplomático, profundo conocedor de los problemas internacionales de mi patria. Vive, asimismo en Cuenca, el grande, el inmenso Remigio Crespo Toral, crítico de vasta envergadura y uno de los escritores más ilustrados de América. Y viven los hermanos Cordero Dávila, dignos sucesores de su ilustre padre don Luis, y toda una brillante pléyade de jóvenes poetas y literatos que trabajan y producen siempre. Todo ello constituye para Cuenca del Ecuador nobilísimos títulos que le hacen acreedora a ser un día la ciudad Universitaria, la Salamanca ecuatoriana.”

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