AURELIO
ESPINOZA POLIT S. J.
Sin duda el más alto exponente
del humanismo en las letras ecuatorianas es este gran cultor de los clásicos
universales y quien con sólo su Virgilio y su Misión Providencial, tiene valor
sobrado para presentarse en el más alto cenáculo del pensamiento y la
literatura americana. Rector entonces (1957) de la Pontificia Universidad
Católica del Ecuador, tuvo para Cuenca estos enaltecedores conceptos:
“No pudo idearse deferencia más
justa, ni más debida que este homenaje a los representantes autorizados de la
intelectualidad ecuatoriana, a la ciudad egregia que, en el culto del espíritu,
ha conquistado una verdadera hegemonía en nuestra patria, pues, sin descuidar
los necesarios progresos materiales, ha preferido cifrar su prez y honor en
destacarse entre todos por los valores del espíritu.
La desproporción que hay desde
los tiempos coloniales se advertía entre la importancia política y económica
del Reino de Quito y su significación cultural, se ha perpetuado hasta nuestros
días y es objeto de no pequeña admiración para intelectuales extranjeros que
nos visitan y que no pueden menos que entablar comparaciones con países más
poderosos en que la proporción es inversa. Es anomalía que nos honra a los
ecuatorianos, sensibles en muchas ciudades del país, lo es tal vez en Cuenca
más que en ninguna otra. Pues aunque todas nuestras ciudades cuentan en su elenco
de hombres notables con grandes figuras de espiritual valía, ninguna hay, en
todo caso, en que haya tenido tan indisputable primacía en el concepto mismo de
valor espiritual; ninguna en que su estimación se haya sobrepuesto
victoriosamente a la ruín preponderancia del dinero o del poder; ninguna, sobre
todo, en que esta valoración espiritual haya llegado a alcanzar como en Cuenca,
el mérito insigne del fenómeno colectivo”.
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JUSTINO CORNEJO
Alto valor intelectual del país. Sus trabajos lingüísticos
son de reconocido mérito, destacándose también como crítico literario.
“CUENCA DE LOS ANDES.- Cuenca es una tierra singular: todo ahí parece
haber contribuido a convertir aquella porción ecuatoriana en uno de los puntos más
interesantes del Ecuador, puntos hacia el cual tenemos, por fuerza, que volver
la vista y el corazón. Las letras y las artes, las ciencias también han crecido
y fructificado a orillas del Tomebamba murmurador y casto, y desde ese vergel
colmado de luz, de flores y de trinos, han salido personajes admirables que han
honrado en todo tiempo al Foro y la Diplomacia, al Parlamento y al Periodismo,
al Parnaso y la Docencia, a la Milicia y al Clero. Abrid la Historia y
quedaréis maravillados al reparar en el número de los azuayos celebres que han
llevado, con el suyo brillante, el nombre del Ecuador por muchos rincones de la
tierra. Creyendo saberlo, no sabemos lo que guarda Cuenca para el Ecuador, para
el Mundo. De ahí que haya dicho alguna vez, que era precioso descubrirla y
conquistarla; conquistarla también, con amor y talento, para honra y gloria de
la República y de la cultura universal.”
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ENRIQUE ARROYO DELGADO
Diplomático ecuatoriano de amplia experiencia y reconocido
prestigio. Ministro de Gobierno y de Educación, ha cumplido importantes y
delicadas funciones representando al país. Sobre cuenca dice:
“… Y le orlo con marco magnífico que tendrá las
transparencias del cristal y las suaves armonías del agua pasajera; como para
que Santa Ana de los Ríos de Cuenca, fuese cuna propicia para todas las
delicadezas del espíritu y todas las sonoridades del idioma materno.
Y complacido de su obra Dios la bendijo, llenó en su fructífera
existencia las páginas de nuestra historia internacional y política, de nuestro
parlamento de nuestra literatura, dándole al Ecuador una pléyade de hombre
superiores.”
EDUARDO SALAZAR GOMEZ
Destacado valor político, internacionalista de reconocido
prestigio, escritor de valiosos libros y brillantes ensayos, dice sobre Cuenca:
“A esta Cuenca noble y erudita, a esta Cuenca que por el
desarrollo de su intelecto ya individual, ya colectivo, brilla en el campo de
la avanzada ecuatoriana vaya en tributo de admiración y reverencia.
Que siga su destino cultural, con la antorcha del progreso
en la mano como modelo de capacidad cerebral y oasis del espíritu.
Para Cuenca mi devoción y el himno de sinceridad y de
lealtad que para ella emana mi incensario.”
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JULIO
ENRIQUE MORENO
Sociólogo distinguido que en este campo ha dejado obra de
notable mérito. Representando al liberalismo, que le tenía entre sus más altos
exponentes, tuvo notable figuración política habiendo por poco tiempo encargándose
de la Jefatura del Estado.
“EL AMOR A LA TRADICIÓN.- La
Patria es, ante todo, una historia conocida y amada en común y el civismo
consiste, especialmente, en saber arrancar de las tradiciones alientos de
perpetuidad. Por eso, he considerado siempre que los pueblos azuayos son modelo
y ejemplo en la formación del sentimiento de amor a la Patria: tienen la pasión
de sus tradiciones y el culto de sus grandes hombres.”
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GENERAL
ANGEL ISAAC CHIRIBOGA
Es figura que destaca no sólo en la carrera militar sino
también como atinado diplomático e historiador de reconocido merito, teniendo
especial labor sus estudios e investigaciones sobre la batalla de Tarqui.
“GRANDEZA Y HERMOSURA DE CUENCA Y LA PROVINCIA DEL AZUAY.- Es admirable la grandeza de la provincia
azuaya. Cuenca es una ciudad castellana de aquellas que quedan pocas en
América. Los encantos de su belleza sólo pueden ser comparables a los de las
ciudades españolas: Granada o Sevilla. Sus campos siempre floridos, donde la Primavera
ha establecido sus reales, incitan al ensueño, a la oración y al canto. Al
recorrerlos, pensaba en los deliciosos cármenes moriscos de la España
legendaria. Allí, la gentileza y la cultura marchan armónicas: en ella están
los más elevados exponentes nacionales en la Letras, en la Poesía, en la
Historia, en la Diplomacia y en las Artes…
Cómo no exponer la virtuosa galanura de la bella y
espiritual mujer azuaya, sutil, inteligente, airosa como las flores de sus
campos, y diáfana y pura como las aguas de sus ríos, Ellas, como la Laura del
Petrarca, la Margarita de Goethe, la Graciela de Lamartine y la María de
Isaacs, son las dulces inspiradoras de sus bardos y poetas. Se diría que cada
una de ellas es una fuente de amor y poesía, en que vive y palpita el alma
misma de esa maravillosa Arcadia de los Andes, y porque son ingenuas y románticas,
acaso no han proscrito aún la escala de seda, las serenatas a la luz de la
luna, las rejas floridas… Cuenca es la ciudad luz y armonía, dotada de los más
preciosos dones de la naturaleza, clásica y legendaria en todas sus manifestaciones”.
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PADRE
REGINALDO MARIA ARIZAGA
De la orden de Predicadores se ha distinguido por su labor
en el campo de la crítica literaria habiendo juzgado la personalidad y la obra
de poetas y literatos del Ecuador y de América.
“CUENCA.- Cuenca, surgió a la vida independiente, con
un caudal del riqueza espiritual, para cooperar a la consolidación firme y
robusta de nuestra nacionalidad ecuatoriana, aportando para ella, el concurso
de su pluma, espada y lira, puesto que esta triple aureola; vino circundada
desde el día de su nacimiento a la vida autónoma. Y esa misión presidencial,
trazada por el dedo de Dios, en la ruta de los pueblos arrancados del tutelaje
de la Corona de España, ha sabido en todo tiempo cumplir de modo sobrehumano,
al par que enaltecería con sus hechos maravillosos, dignos de los inmortales
clarines de la epopeya. ”
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MIGUEL
ALBORNOZ
El Doctor Albornoz se destacó como una de las figuras más
notables del liberalismo que postuló como candidato a la Presidencia de la
República. Fue, además un intelectual y poeta de prestigio.
“CUENCA, CIUDAD
UNIVERSITARIA.- Esa capital
azuaya parece fue construida con universitarios presentimientos. Quién sabe si
aquel inescrutible señor Gil Ramírez Dávalos, halló una deliciosa superioridad
doctoral en el río de razonar constante y el paisaje abierto como libro. Así,
tal vez, guarda alguna impresión traída desde Salamanca, ese conjunto de claros
y balcones, de muros enjabelgados y de torreones de metafísicas agudezas. Debe de
ser por todo esto que la ciudad se ha difundido en torno al claustro del alma
mater; y, por ello también que mantiene tradiciones de vieja hospitalidad
castellana. Ciudad universitaria, o mejor dicho, universidad hecha urbe.”
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LUIS ROBALINO DAVILA
Notabilísimo
historiador y diplomático. Fruto de sus investigaciones históricas son los diez
y más volúmenes en los que juzga la historia republicana del Ecuador, teniendo
mérito excelente su biografía de don Gabriel García Moreno. Hasta el final de
su larga vida el Señor Robalino Dávila guardaba especial aprecio y admiración a
Cuenca.
“CUENCA! CIUDAD UNIVERSITARIA.- Avalorando la importancia de un centro
cuyo ambiente sea única y exclusivamente intelectual, he pensado en lo hermoso
y útil que sería crear en el Ecuador una ciudad universitaria. Cuenca fue la
ciudad que se presentó a mi espíritu como la elegida para sede de aquella
Universidad de mi ensueño. Está situada en una fértil y riente planicie,
cruzada por ríos que se deslizan tranquilos, sin la impetuosidad de los
torrentes que bajan de los Andes en otras regiones de mi país. A 2.581 metros
sobre el nivel del mar, goza de un clima paradisíaco, sin frío ni calor. Cuenca
ha conservado su ambiente de ciudad hidalga, habitada por familias patricias,
amantes de sus tradiciones. Su vida sencilla y patriarcal tiene sugestión
irresistible; allí hay cristianos viejos y gentes austeras y noblotas. Las faenas
agrícolas y la industria de sombreros de paja son las ocupaciones de sus
moradores. Los señores consagran su tiempo a la vigilancia de sus haciendas y
al cultivo de las Letras. Cuenca, que posee una Universidad ilustrísima, ha
dado al Ecuador algunos de los hombres más notables que tiene su literatura.
Allí nacieron: Fray Vicente Solano, polígrafo asombroso; don Antonio Borrero,
historiador y escritor de alta valía, que sucedió en la Presidencia de la
República a García Moreno; familias de hombres de letras, tales como los
Arízaga, Malo, Matovelle, Córdova, de los que salieron escritores, oradores,
diplomáticos; poetas de la suavidad de Miguel Moreno y de la alta inspiración
de Luis Cordero, otro Presidente que fue del Ecuador. Y vive aún (en 1927) en
el apacible solar cuencano, amándolo y enalteciéndolo, el doctor Honorato
Vásquez, poeta, internacionalista, diplomático, profundo conocedor de los
problemas internacionales de mi patria. Vive, asimismo en Cuenca, el grande, el
inmenso Remigio Crespo Toral, crítico de vasta envergadura y uno de los
escritores más ilustrados de América. Y viven los hermanos Cordero Dávila,
dignos sucesores de su ilustre padre don Luis, y toda una brillante pléyade de jóvenes
poetas y literatos que trabajan y producen siempre. Todo ello constituye para
Cuenca del Ecuador nobilísimos títulos que le hacen acreedora a ser un día la
ciudad Universitaria, la Salamanca ecuatoriana.”