{Q}
Quimeras.- Tres quimeras hay en el mundo,
que miran como posibles los atolondrados y politicastros: una sociedad sin
religión, una religión sin sacerdocio, y un sacerdocio sin privilegio.
{R}
R.- Nadie quiere pronunciar larga la R.
Razón.- La razón y la fe son inseparables.
Dios ha dado la razón para conocer la fe; y la fe para dirigir la razón. De
ambas se puede decir lo que Jesucristo dijo del matrimonio: Quod Deus conjunxit
homo non separet.
Solamente dos hombres tienen razón: tú, y el que piensa como tú; los
demás deliran.
Reformadores.- Santo Domingo y San
Francisco fueron reformadores del siglo XIII; y no fueron rivales. ¿Por qué
Lutero y Calvino, reformadores(según ellos lo decían) del siglo XVI, Voltaire y
Rousseau del siglo XVIII, fueron rivales encarnizados?
Religión.- En materia de religión cada uno
quiere seguir su parecer, como se arregla por su reloj para medir el tiempo. La
opinión es el reloj de las doctrinas.
Los
que hablan de religión, fundados sólo en su ingenio, sin contar con el auxilio
de la gracia, yerran o exponen a errar. De aquí vemos que unas veces hablan
bien y otras mal, según las circunstancias. En una palabra: la religión en el
hombre es como una planta, que no prospera si no recibe la luz del cielo,
aunque el terreno sea feraz.
Hay muchos discursos a favor de la religión, pero ninguno me parece
comparable a este hermoso verso de Corneille, que contiene, en pocas palabras,
cuanto se puede decir sobre el espíritu, la fuerza, la divinidad, la dulzura,
la paz. . . de la religión:
Elle n´en veut q´aux dieux, et non pas aux mortels.
(POLYEUCTE,
act. 1º, esc. 3ª).
Una religión que arrostra a los dioses y no
a los débiles mortales ¡ah! ¡qué idea tan sublime! Una religión que derrota a
los dioses y protege a los hombres: ¿ha inventado jamás la imaginación del
mejor poeta de la antigüedad? Una religión que persigue el error y no al que
yerra, ¿puede ser más natural al hombre, ni más digna de ser deseada y
protegida? El infierno, la política de Roma, la filosofía de Atenas, la
ferocidad más que brutal de las naciones bárbaras, el error convertido en
divinidad - … véanse los dioses, estos colosos formidables, que con un soplo,
con la palabra, ha pulverizado la Religión.
La religión tiene muchos defensores; pero
pocos amadores.
Dos cosas no se pueden encontrar fuera de
la religión revelada: salvación y poesía.
Repúplica.- Una república rica es una dama
que está en vísperas de contraer matrimonio con un monarca.
En
los congresos de las repúblicas americanas entran muchos diputados con tufos de
grandes patriotas; y luego, por sus moras particulares, se abaten en el lugar
que ocupan, como aquellos diablos grandes de Milton, que por estar con más
comodidad en el parlamento del infierno, se trasformaron en pigmeos.
La república colombiana era una obra de
perspectiva, que de lejos parece una piedra preciosa por su brillo; pero de
cerca vale muy poco.
Revolución.- Hay ciertos hombres que en las
revoluciones atraen la atención, como aquellos cuerpos arrebatados por las
inundaciones; los cuales, sin estas circunstancias, nada tienen de particular.
De
todas las revoluciones de nuestra América, una sola ha sido popular: la de la
Independencia. Las demás han traído su origen de los cuarteles o de tribunos
imperitos.
Reyes.- El rico y el pobre piensan siempre
ensanchar sus posesiones. Los unos con guerras, y los otros con pleitos.
Rico.- El rico y el pobre no tienen más que
dos objetos visibles. El rico no ve sino su dinero, y el pobre su necesidad.
Ridículo.- Lo ridículo hace parte de la
especie humana, como lo animal y racional; y aquél es más ridículo, que piensa
no serlo.
Robo.- Todos roban: unos la literatura,
otros la ciencia, la hacienda . . . pero el ladrón más temible es el que roba
la fama.
{S}
Sabios.- Cuando algunos sabios hablan disparates con
magisterio, no se da el nombre de
charlatanería, que suena a desprecio, sino el de teorías, sistemas, opiniones;
así como el pirata que reprendía los robos de Alejandro, no decía que se
llamaban robos, sino conquistas.
Es más temible un tonto sabio que un tonto
ignorante. El primero es peligroso; y el segundo, impertinente.
Hacer sabios a todos y libres a todas las naciones, son dos problemas
insolubles, como la cuadratura del circulo y el movimiento perpetuo.
Los literatos y los sabios no pueden
prescindir de dos compañeras inseparables: la gloria y la envidia. Este es un
efecto permisivo de la Providencia. Si todo fuera envidia, morirían de tristeza.
El amor propio es capaz de conducirlos a estos extremos.
La
sabiduría no se encuentra en las academias y en las bibliotecas, sino en la
rectitud de corazón.
Sacerdote.- El sacerdote es un poder
colocado entre los jefes de las naciones y el pueblo. Se acerca a los grandes
por su augusto carácter, y pertenece al pueblo por su humildad.
Séneca.- Séneca era filósofo tocado del
spleen; y por tanto nos dejó los siguientes versos, en su tragedia intitulada
Troas (Las Troyanas), act. 4º.
Dulce
maerenti populus dolentum
Dulce
lamentis resonare gentes.
Al triste le es dulce
Vivir en un pueblo,
Rodeado de penas,
De dolientes lleno
Escucha gustoso,
tranquilo y sereno,
de
gentes que exhalan suspiros, lamentos,.
Si Séneca hubiese vivido en este tiempo y
en el Ecuador, sin duda habría estado como en su centro, disfrutando de tantos
dolores y angustias que experimentamos; porque verdaderamente en la época
actual, nuestra pobre patria es el populus dolentum del filosofo español. Sin
embargo, no habría dejado de reírse algunas veces, asistiendo a las graciosas
comedias políticas que se representan entre nosotros.
Silencio.- El que se retira de los hombres,
no es por olvidarse de ellos, sino por acordarse mejor: el silencio habla con
más elocuencia de las necesidades humanas que el trato y la familiaridad. El
retiro es espejo en que se ve todo el mundo moral.
Sistemas.- Los sistemas filosóficos son
como los fuegos artificiales que brillan, divierten, y al fin dejan a oscuras.
Sociedad.- Las sociedades políticas son
como los frutos, que crecen, maduran y caen, y en este estado cualquiera se
aprovecha de ellos. Si los estados Unidos no hubiesen tenido a Washington, no
habría faltado otro que derribase el dominio ingles. Si Cromwel . . . . Si
César . . . . Si Napoleón . . . .
En la sociedad humana, lo político, lo moral y lo físico, son distintos,
pero inseparables. Lo primero, mira al buen gobierno; lo segundo, a las
costumbres y a la religión; y lo tercero, al comercio, a la agricultura, a las
artes, etc. De aquí se sigue que una nación sin política es bárbara; sin
costumbres y sin religión, es brutal; y sin agricultura y comercio, es salvaje.
Soldados.- El choque entre jurisconsultos y
soldados es antiquísimo. Cicerón decía:
Cedant
arma togae, concedant laurea linguae.
Las
armas deben ceder a los magistrados sólo: sometanse los laureles a la
elocuencia del foro.
Cuando los abogados y soldados degeneran,
producen dos males terribles en la sociedad. El abuso de las leyes por los
abogados es causa de la anarquía; y del atropellamiento de las leyes por los
soldados resulta el despotismo.
Superstición.- Sin duda la superstición es
mala; pero algunas veces puede ser peor no tenerla. El supersticioso no pierde
los sentimientos de religión; el que ataca la superstición no por orgullo
camina al ateísmo. Es más fácil la conversión del primero que la del segundo.
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