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miércoles, 11 de septiembre de 2019

MÁXIMAS, SENTENCIAS Y PENSAMIENTOS {F-G}

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Fama.- Tácito ha dicho que es tan peligrosa una buena fama como una mala. Yo creo que es más peligrosa la primera que la segunda; porque aquélla produce envidiosos y ésta indiferencia y desprecio.

Fecundidad.- La fecundidad puede ser buena o mala. Voltaire y Rosseau escribieron más que Racine y Boileau. Los primeros tuvieron fecundidad superflua, y los segundos una fecundidad necesaria.

Federación.- La federación es la tentación del demonio meridiano de la América Meridional.

  Si Newton, Leibnitz, Descartes y todos los filósofos, antiguos y modernos vinieran a persuadirme que, para hacer un cuerpo más solido, más compacto y más bello, era preciso triturarlo y después reunir las moléculas, no les creería. Del mismo modo, no creo que un cuerpo político centralizado, sea más firme y estable, separando sus partes, para reunirlas por medio de la federación.

Fenelón.- El quietismo de Fenelón fue como la negación de san Pedro: cayó, para fortificarse más en la fe. Cuando los grandes hombres reparan sus caídas, se elevan como los rayos de luz que reflejan de un plano horizontal.

Filosofía.- ¿Qué es Filosofía? El buen uso de la razón. Por tanto puede haber algunas veces más filosofía en una cabaña que  en una academia.

Dios nos ha dado la filosofía como hija de la religión, y no como madre.

La filosofía vino del cielo a ilustrar a los hombres ignorantes y corrompidos y no pudiendo éstos sufrir al resplandor de aquella deidad, le dieron la muerte. El espíritu volvió a la mansión celestial y sólo quedó el cadáver en este mundo.  Por esta razón, los que quieren contemplar el alma de la filosofía, fijan sus miradas en el cielo.

   La filosofía es una esclava de la religión; pero una esclava que quiere ser manumitida por capricho.

El verdadero filósofo mira la Filosofía como un rico las ganancias de poca consideración.

 El abuso de la razón es la filosofía del infierno.

La filosofía se burla de los reyes y magistrados; la religión los respeta. Esta condena las injusticias; pero sostiene el poder, como el podador que quita las ramas inútiles de los árboles, para que sean hermosos y fructifiquen con más vigor.

Voltaire y Condorcet han impugnado los Pensamientos de Pascal; y no han hecho otra cosa que probar la inferioridad de la filosofía en presencia de la religión, aun sostenida por un jansenista.

Los filósofos son unas buenas gentes que se divierten con su razón, como los niños con un juguete.

Muchos filósofos han atacado a Rousseau por haber querido hacer del hombre un animal insociable; pero ellos, ciertamente, no han visto que todo filósofo, si quiere ser consiguiente a sus principios, debe raciocinar como Rousseau.

Nadie puede ser católico, oponiéndose a la religión; pero el que ataca la filosofía es más filósofo que cuando la defiende. 

  Burlarse de la filosofía es filosofar, dice Pascal. Bayle y Rousseau han dejado pruebas terribles contra la filosofía, y no han perdido el nombre de filósofos._ "La filosofía, dice el primero, se parece a esos polvos corrosivos que, después de haber consumido las carnes malsanas de una llaga, corroen la carne viva, carcomen los huesos y penetran hasta el meollo. Ella comienza refutando los errores, y al fin ataca las verdades"._"El espíritu raciocinador y filosófico, dice el segundo, nos arranca de la vida, nos afemina, envilece almas, concentra las pasiones en la bajeza del interés particular y mina lentamente los verdaderos fundamentos de toda sociedad"._ Véase por que cualquier hombre de razón es cristiano y no filósofo, o más bien, es filósofo creyente.

Fortuna.- Si es inconstante la fortuna, lo es mucho más el hombre; y por esto vemos que algunas veces domina el hombre su fortuna. 

    La fortuna y la atmósfera no elevan los graves sino los leves.

 Fundar y gobernar.- Más fácil es fundar una monarquía o una república, que gobernarlas. La razón es, porque el fundador puede proceder por sí solo; pero, para gobernar, se necesita la cooperación de muchos.

    El mundo no puede ser gobernado por muchas políticas, porque no las hay: la política es una. ¿Y qué es política? La ciencia que enseña a gobernar bien: cualquiera otra definición es una algarabía. 
¿Y en qué consiste la bondad? En dar al pueblo lo que necesita, y no quitarle lo que es suyo. Por falta de una buena aplicación de este principio, las repúblicas hispanoamericanas no progresan.

Uno se persuade que lo que el pueblo necesita es tolerancia, aunque tenga la religión verdadera. Falsa política. La religión verdadera es una propiedad del pueblo, y es preciso no quitarle lo que es suyo.

¿Hay tolerancia? Es una política falsa atacar la religión católica.

Por lo mismo que hay tolerancia, se debe respetar aquella religión .

   En materia de Agricultura, de comercio, de contribuciones, de restricciones, de aplicaciones de leyes civiles y criminales, etc., etc., la sana política no tiene más regla que dar al pueblo lo que necesita, y no privarle de sus derechos.
¿Hay necesidad de ilustrar al pueblo?  ¿Qué se entiende por ilustración? Un niño no necesita de la medicina, de las matemáticas, de la jurisprudencia, etc.; lo que necesita es saber leer y escribir y algunas nociones proporcionadas a su edad y capacidad. Lo propio sucede con los pueblos. En esta parte es fatal la política europea. 

Recorred la Europa y encontraréis maravillas: colegios, academias, museos, bibliotecas magníficas, etc. ¡Y el pueblo siempre ignorante y grosero! (1)

Observad un pueblo protestante y veréis que él no tiene más instrucción en materias religiosas que lo que oye a sus predicadores, es decir, que el Papa es el Anticristo; que los católicos son los peores del mundo; que la divinidad de Jesucristo es problemática, etc., etc., este pueblo, digo, si se le diera lo que necesita, se instruiría por si mismo; saldría de sus errores y sería un pueblo civilizado con la civilización que le corresponde a su posición en la sociedad.

A Dios sólo corresponde el gobierno de sus criaturas; y ¿cómo los hombres podrán gobernar a los hombres sin que Dios les enseñe el modo de gobernarlos?


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{G}



Geómetra.- El mejor geómetra es el que sabe medir su capacidad para cualquier empresa.

Gobierno.- ¿Quieres un buen gobierno? Yo te lo prometo siempre que me demuestres la cuadratura del círculo, o el movimiento perpetuo.
   Un buen gobierno es posible porque no tiene repugnancia y es imposible porque depende de los hombres.
Querer la estabilidad de un gobierno, fundado solamente en la política, es lo mismo que pretender que no se mueva un molino de viento.

   Para vivir cómodamente en ciertos gobiernos, no hay necesidad de virtudes ni de talentos: basta prostituir su conciencia. La respuesta de Napoleón a su madre, revela el misterio de iniquidad de muchos Gabinetes. MadamA Leticia pidió a su hijo la remoción del malvado Fouché del Ministerio de Policía, alegando el descontento general. Napoleón le contestó fríamente: "Dadme un hombre virtuoso que me sirva tanto como Fouché, y yo le remuevo del Ministerio en este instante".

La ciencia del gobierno es un nudo gordiano, que es más fácil desatarlo con la espada que con el ingenio.

   ¿Quieres vivir inquieto, como en una casa amenazada de ladrones? Busca una república naciente. Si te gusta vivir tranquilo, tener quijotismo, dominar y vegetar como una planta tropical, no te faltará una monarquía absoluta. ¿Te place ser algo fanfarrón, algo ilustrado y faccioso? Las monarquías limitadas te darán asilo.

Granadinos.- Los granadinos han visto el cuerpo social como un alimento, que, cuanto más difícil es despedazarlo, tanto más fácil es digerirlo.
   Los granadinos quieren gobernar a los hombres por los libros, y no conforme a las necesidades del pueblo. Este fue el vicio radical de los revolucionarios franceses del siglo pasado. Es todo lo contrario en Inglaterra y en los Estados Unidos. De aquí esa industria incalculable, esa inmensa riquesa. . . Bentham, Burke, y otros célebres jurisconsultos ingleses son más admirados que seguidos.

Un escritor granadino ha dicho: el Ecuador es una nación degenerada. Esta censura maligna me ha inspirado la fábula siguiente:


La garza y la tortuga

_ Volátil más pesado que la garza
no se conoce, la tortuga dijo.
La otra contesta:-¿Tú, mezquina en todo,
necia, pretendes, sin que te conozcas, 
formar censuras de mis movimientos,
cuando los tuyos mucho más son lentos?

Si el Ecuador, como afirmas, 
es nación degenerada,
yo te digo de mi parte:
también la Nueva Granada.
   Con esta composición
   que no juzgo peregrina,
   el Ecuador queda igual
   a la nación granadina.
Son dos hermanas coquetas
que de una madre nacieron:
Colombia las engendró
y ellas serán lo que fueron.


Si padeces de insomnios y quieres dormir como una marmota, conversa con ciertos políticos granadinos y ecuatorianos . Y si duermes mucho, la vocinglería de los peruanos te quitará el sueño.


Grandeza.- Las grandezas humanas son obra de las circunstancias; y las circunstancias no vuelven. De aquí vemos que las grandes fortunas trastornadas son irreparables.

Guerra.- Dios permite las guerras civiles para despejar la atmósfera política, como envía las tempestades para purificar la atmósfera terrestre.
  La guerra es una espada, cuyo puño está en el cielo y la punta en la tierra.

MÁXIMAS, SENTENCIAS Y PENSAMIENTOS {D-E}

{D}

Demonio.- El demonio es un cero en el guarismo de nuestras culpas: los números que dan todo el valor somos nosotros mismos.

Despotismo.- El despotismo literario es tan temible como el político. En la república de las letras se ven, a veces, dictadores como en la sociedad política.

   No es tan nocivo al progreso de las luces el despotismo, como el que sea el jefe de la nación un pedante. Los siglos de Alejandro Augusto, de Luis XIV, fueron brillantes. ¿Por qué la Inglaterra no hizo progresos bajo el reinado de Jacobo I? - Porque Jacobo, a pesar de que los ingleses le llamaban Salomón de su siglo, no era Salomón sino un pedante.- ¿Por qué la Prusia con Federico II, llamado el Grande, no se aventajó, como debía, con su academia de Berlín, Voltaire, Maupertius, etc.? Porque Federico no era sabio, sino un pedante.- El pedante sostiene a los literatos con el brazo izquierdo, y los deprime con el derecho. El pedante quiere singularizarse, y si tiene el mando supremo, es el Cromwel de la literatura.

Dignidades.- Si obtuviesen las dignidades y empleos solamente los hombres de bien, ¿con qué premiaría Dios a los perversos en este mundo, por los servicios que algunas veces le hacen? _ Receperunt mercedem suam vani vana (San Agustín).
    Las dignidades y empleos son el mayorazgo asignado por una ley gótica al primogénito, que es el valimiento, y no al mérito, que es el hermano segundo.

Dios.- Si fuese posible ignorar la existencia de Dios, también sería posible comprender su esencia: no se ignora ni se comprende sino lo finito.

     Nadie ignora la existencia de la tierra, del aire, del fuego, del agua; porque estos elementos están en relación con nuestro ser físico.
Mucho menos se puede ignorar la existencia de Dios, por ser mayor la relación de la constitución física y moral del hombre con su Criador, que la de los elementos con nuestro cuerpo.
   Si la existencia de Dios fuese una invención humana, como quieren los ateístas, el inventor de una cosa tan admirable merecería los honores divinos. Se daría una idolatría excusable, o más bien, no habría idolatría.
Entre todos los señores, el menos servido es Dios: entre todos los reyes, el menos obedecido es Dios: entre todos los padres, el menos amado es Dios. Dios es todo y para el hombre es nada.
 
Doctores.- Si los doctores fuesen doctos, la ciencia sería muy vulgar, y, por consiguiente, despreciable.
    Felizmente sucede en la carrera de las ciencias lo que en los juegos olímpicos: muchos corrían y muy pocos eran dignos del premio.

Dolor.- El dolor es un aire mortífero que respira el hombre desde su nacimiento. El placer es un céfiro que vivifica y pasa. 

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{E}




Economía.- La economía es a la riqueza lo que la luz a los objetos. Sin la luz, no hay visión; sin economía, no hay riqueza.

Ecuador.- El Ecuador nunca puede ser una República grande mientras exista entre la Nueva Granada y el Perú; así como no puede progresar una planta oprimida por dos cuerpos enormes.

   Séneca era un filósofo tocado del spleen, y por tanto nos dejó los siguientes versos en su tragedia intitulada Troas (Las Troyanas), act. 4o.

Dulce maerenti populus delentum, 
Dulce lamentis resonare gentes.

Si Séneca hubiese vivido en este tiempo y en el Ecuador, sin duda habría estado como en su centro disfrutando de tantos dolores y angustias que experimentamos; porque verdaderamente, en la época actual, nuestra pobre patria es el populus doluntum del filósofo español. Sin embargo, no habría dejado de reírse algunas veces asistiendo a las graciosas comedias políticas que se representan entre nosotros.

Edad.- La naturaleza ha dado cabellos y barba al hombre para distinguir su edad; porque, por sus acciones, siempre es niño.

Educación.- Si la educación consistiese sólo en buenos preceptos y jamás en ejemplos, por lo común los hombres serían bien educados.
En materia de educación todos son maestros; pero hay pocos modelos.

El Genio del Cristianismo.- El Genio del Cristianismo, obra marcada con todo el peso y la belleza de la religión, salió de la pluma de Chateaubriand pobre, y huyó de la cartera del ministro, y de la mesa del vizconde y del par. La grandeza humana es como un globo aerostático que no lleva en su elevación sino cosas leves.

Elogio.- La embriaguez de los elogios es más funesta que la del vino. Para transtornar la cabeza de cualquiera basta elogiar sus méritos verdaderos o supuestos. Por esto la Divina Providencia permite que el juicio del hombre se incline más a la detracción que al panegírico.

Enemigo.- Si desprecias siempre a tu enemigo por su debilidad, te expones a que él triunfe de ti. El enemigo débil es como el aire, que, a pesar de su sutileza o tenuidad, puede hacer explosiones terribles.
                 Temer siempre al enemigo, es cobardía; no temerle nunca, es imprudencia.
   ¿Quieres vengarte de tu enemigo? Llénale de beneficios: la prosperidad le arruinará más de lo que tú pudieras hacer contra él.

Engreído.- ¿Quieres ver a un engreído? Dale dinero, ciencia o empleo.

Epicuro.- Epicuro y Maquiavelo deben estar muy irritados en el otro mundo. Casi todos los hombres son discípulos de ellos y practican su doctrina. Sin embargo, se avergüenzan de confesarlo, como aquellas mujeres que llevan el fruto de su prostitución y no se atreven a manifestar el autor.
  
Escritos.- Para que tus escritos sean apreciables, no basta que los hagas buenos; es preciso que tengas partido entre tus lectores. Los sufragios que se dan a los literatos son como los que se hacen por las almas del purgatorio: pocos, y por los amigos y parientes.

Españoles.- Los españoles del siglo XVI fueron lo que los griegos, antes de la aparición de los romanos. Ellos llevaron su idioma, las luces, las conquistas a países muy remotos, como los griegos bajo el imperio de Alejandro. Los españoles subsisten formando nación, porque han adorado al Dios de Pelayo; los griegos han desaparecido, porque adoraban al dios ignorado: IGNOTO DEO. . .

Esclavitud.- La esclavitud va delante y la libertad atrás: por esto, muchos que buscan la libertad, caen frecuentemente en la esclavitud.
  En materia de libertad se contentan con el nombre, como aquellos que se suponen nobles y no lo son.
    Los hombres son como ciervos y los venados que, constituidos una vez en el campo de la libertad, no se detienen en un punto, sino que recorren terrenos inmensos hasta caer en las garras de alguna fiera o en las manos de los cazadores.




martes, 10 de septiembre de 2019

MÄXIMAS, SENTENCIAS Y PENSAMIENTOS {B-C}

{B}

Bolívar.- Bolívar miraba más por su honor que por su gloria; y por esto ha dejado una fama equívoca, después de haber emprendido una carrera brillante.
  Los colombianos han hecho con Bolívar lo que los atenienses con Sócrates y los ingleses con Carlos I, esto es, perseguirlos durante la vida , y erigirles estatuas después de muertos.

Los hombres son una especie de animales nocturnos, que no ven el mérito sino en la obscuridad del sepulcro.

Bolívar y Santander eran dos genios, con distintos caracteres, Bolívar cuidaba de su persona, y quería ser el primero en Colombia, como Pompeyo en Roma. Santander se había despojado de sus prerrogativas personales, y no quería sino una república mazziniana radical, o lo que fuese. Con esta idea, mandó que se enseñara en los colegios la doctrina de Bentham. !Qué espectáculo tan doloroso fue ver convertidos los seminarios en gimnasios de jóvenes utilitaristas¡

Bolívar creaba soldados que miraban la muerte y la religión como ilusiones. Santander educaba jóvenes epicúreos, que tarde o temprano debían producir frutos amargos. Con tales elementos, Colombia debía disolverse, y se disolvió.

Bolívar respetaba la vida de Santander. Este, al contrario, se mezcló con los asesinos de Bolívar.

Colombia habría subsistido con Bolívar, sin Santander. Santander no pudo sostener a Colombia sin bolívar. Este era un atlante , y el otro, si se quiere, un gigante.

Bolívar nunca se hizo César, pero Santander se presentó, como Bruto, partidario y faccioso: partidario, defendiendo la libertad, y faccioso, asesinando a César.

Bolívar podía haber creado una monarquía si lo hubiera querido.
Santander no tenía elementos ni para una monarquía, ni para una república. La primera se hace con soldados; la segunda con el pueblo.

Las simpatías del ejército se inclinaban a Bolívar; y Santander apenas tenía una semipopularidad.

Bolívar era venezolano, y Santander granadino. El uno tenía algo de llanero, el otro algo de estudiante.

Bolívar quería ir con la experiencia, y Santander con el siglo.

Mientras Bolívar trabajaba en el Perú, para darle independencia y libertad, Santander se ocupaba de dejarnos la deuda colombiana.
Bolívar y la nación le pidieron cuentas de aquel funesto empréstito y Santander les dio cuentos.

Bolívar era el hombre del orden, y Santander el hombre de las leyes.

El retrato de Bolívar está hecho por naturales y extranjeros; el de Santander está bosquejado.

La tragedia de Samper, intitulada La conspiración de Septiembre... deshonra a su autor, y no a Bolívar, ni a la nación granadina.
Cuando aquél hace hablar a Bolívar, diciendo: "Yo soy el Chimborazo viviente de Colombia: y así como ese gigante los Andes pudiera, al desplomarse, aplastar una cordillera, yo aplastaré a mis enemigos, si se olvidan de mi clemencia", es una expresión fanfarrona, que sólo ha existido en la imaginación del poeta, y jamás en el corazón del Libertador.

Bolívar y Santander pasarán a la posteridad con diversas actitudes. El uno, escribiendo una elegia sobre Colombia; y el otro, dictando leyes.

Bossuet.- La elevación del genio de Bossuet es como la de las nubes, que a veces nos priva de la luz cuando más la necesitamos.

   Bossuet habría sido muy grande si no se hubiese acercado mucho a Luis el Grande. La grandeza de los reyes es el orín de la grandeza de los obispos.

Bossuet y Fenelón eran dos astros, y, por consiguiente, no podían caminar por una misma órbita.

Brutos.- Los brutos no son felices, ni infelices; porque no conocen su estado. La Religión excita nuestra compasión con respecto a los brutos, mucho mejor que las reflexiones de Pitágoras y los cuadros de Hogart.

Si los brutos tuviesen alma racional, semejante a la nuestra, harían en la moral, en las ciencias y en las artes, mayores progresos que nosotros y nos darían mejor trato que el que nosotros damos a ellos.




{C}



Calaveras.- No sólo hay calaveras en los cementerios, sino también en los palacios y en las casas más decentes. El vulgo teme las primeras, y el sensato las segundas.

Calvario y Tabor.- Todo el mundo es Jerusalén, que tiene más cerca el Calvario que el Tabor.

Celebridad.- Si los hombres supiesen que la celebridad es una tentación muy peligrosa, ciertamente no la buscarían con tanto ardor.

Censura.- La censura es tan necesaria en el mundo, como el movimiento. La una nace del odio al vicio, y la otra de la envidia o del furor. La primera reforma y la segunda destruye.
   El hombre no puede vivir sin censurar o detractar. Por esto, los gobiernos que impiden la censura de los escritores públicos, no hacen sino fomentar la detracción, y, por consiguiente, la desmoralización de la sociedad.

Cuestiones geográfico-políticas.- El Chimborazo y el Sorata son los puntos más elevados de la cordillera de los Andes. La base del primero se extiende hasta el Amazonas y Jaén, por el Sudeste y el Sud; la del segundo, hasta Chile, Arica é Iquique, por el Oeste. 
Tendrán miedo de que se desplomen estos colosos andinos, cuando los peruanos quieren darles unas bases muy pequeñas. Lo cierto es que, mientras existan cuestiones geográfico-políticas entre las naciones, no puede haber paz estable en ellas. Este es el origen de las discordias entre bolivianos y peruanos, y entre éstos y los ecuatorianos.

lunes, 9 de septiembre de 2019

LA CATEDRAL NUEVA: RESEÑA HISTÓRICA ii

SIGLO XX, HASTA SU INAUGURACIÓN:

En la política nacional, en 1901, Alfaro debió dejar el poder al hábil y conciliador General Leonidas Plaza Gutiérrez. También a comienzos de siglo el país asistía a las luchas intestinas dentro del liberalismo radical en el poder.
Si por un lado, el placismo se aliaba con la burguesía agroexportadora y bancaria, por otro, profundizaba reformas que propiciaron nuevos enfrentamientos con la Iglesia. Así por ejemplo, se aprobaba la ley del matrimonio civil, y también la de las "manos muertas". Con el respaldo de la última, el gobierno incautó buena parte de las propiedades del clero para destinarlas a la "Asistencia Pública", es decir, para obras de beneficencia social como orfelinatos, hospitales, leprocomios.

En Cuenca, los violentos y fanáticos enfrentamientos entre partidarios del conservadorismo clerical y liberalismo radical, continuaron en el primer lustro del siglo XX. Unas veces abierta y otras soterradamente, con evidentes extremismos provenientes de los dos bandos.

 Pero luego de las breves digresiones, en primer lugar, mencionando el punto de vista de un culto heterodoxo de la época sobre la persecución del clero cuencano a su obispo León Garrido hasta su muerte (contexto eclesiástico local) y, en segundo lugar, sobre la vigencia revolucionaria del liberalismo radical (contexto político nacional), debemos centrarnos, nuevamente, en el avance de la edificación de la Catedral de la Inmaculada.

Desde 1900 a 1908 -en la continuación del gobierno eclesiástico del "Administrador Apostólico", canónigo Benigno Palacios- los trabajos de la Catedral avanzan lentamente, e incluso en algunos años se detienen. La causa principal es la insuficiencia de fondos. No existe asignación alguna por parte del gobierno. La contribución de los canónigos desaparece, la participación sobre los diezmos disminuye, los aportes de benefactores y las limosnas de los fieles son pequeños. Anotemos aquí que en 1904, en la "Primera Exposición de Artesanía" organizada en Cuenca, se expone la artística maqueta de la Catedral tallada en madera, obra del distinguido escultor Ángel María Figueroa, la cual interpreta fielmente los planos del Hermano Juan.

En 1908, luego de los dieciocho años de la "administración apostólica" del canónico Palacios Correa, llega a cuenca el obispo titular, Manual María Pólit Lasso 
(quiteño), quien gobierna la diócesis hasta que, en 1918, es nombrado Arzobispo de Quito, en reemplazo de Monseñor Federico González Suárez. En el último año, Pólit Lasso, en su extensa carta pastoral de agosto., se refiere a la construcción y el significado para sus feligreses, del monumento religioso y también -específicamente- rinde cuentas sobre lo realizado en los diez años de su gobierno, y sobre los recursos empleados en "la magna obra de la Catedral".

El prelado informa lo que se había avanzado, desde "el muro del Abside hasta el arranque de las ventanas" (calle Padre Aguirre), el área del "Presbiterio y todo el cuerpo de la Iglesia hasta el Crucero inclusive". Es decir, el trabajo se concretó a la construcción de la parte occidental desde la cabecera de la Catedral. La sacristía del sur se concluyó hasta la bóveda, "con un diámetro exterior de 14 metros, el espesor medio de 80 centímetros y unos 16 metros de largo, su remate sin desperfecto alguno...". Asimismo se logró terminar "las dos casas" adosadas al Abside, las cuales "le sirven como de alas..."; "ambas casas están ya con una buena cubierta de hierro galvanizado y comienzan a prestar positivos servicios" (lo que va entre comillas de éste y de los próximos cinco párrafos se toman de la carta pastoral de 1918) 

Para el acarreo de los materiales necesarios (piedra, ladrillo, madera para andamios) se organizaban las tradicionales mingas, encabezadas por los curas y los tenientes políticos. Desde 1913, "el inteligente y celoso Director de la obra" fue el canónigo Isaac de María Peña quien, desde 1909, se había encargado también del control de ingresos y egresos pertenecientes a la fábrica de la Catedral. Por su parte, el hábil albañil, Pascual Lojano, fue el jefe de albañiles y peones (o maestro mayor) "casi sin interrupción en estos diez años".

Con relación a los fondos contabilizados que permitieron el avance de las obras, durante el decenio al que se refiere la "carta pastoral", ella especificaba, en primer lugar, que no se había recibido "ni un solo centavo de la subvención nacional". La construcción avanzó, únicamente, con el trabajo personal y comunitario, y con los aportes del pueblo católico de las provincias de Azuay y Cañar; esta última que pertenecía entonces al obispado de Cuenca.

El rubro más importante de ingresos provino de legados de algunas personas "generosas y amantes de su Catedral",las que no estuvieron entre "las más nobles y ricas" de la ciudad. El prelado menciona expresamente a cuatro; al canónigo honorario que fuera Vicario General del Obispo Miguel León, Manuel de la Cruz Hurtado, que dejó en testamento "todo el valor de su grande y cómoda casa, situada en el centro de la ciudad", la cual fue vendida en pública subasta en 14.000 sucres; Mercedes Vidal de Fernández (9.000 sucres); Sra. Rosario Rodríguez Parra (8.000 sucres); y Sra. María Niero de Cañar (3.000 sucres). 

El obispo Pólit Lasso estableció que todos los católicos de su diócesis (Azuay y Cañar) dieran, al recibir el Sacramento de la Confirmación, una limosna expresamente destinada a la construcción de la Catedral. Entre 1908 y 1918 se administraron 86.223 confirmaciones. con esta recaudación masiva -de ""por lo general una peseta (veinte centavos), algunas veces más, el gran total de las cifras mencionadas en la carta pastoral, se acerca a los 61.000 sucres. Es útil anotar que hubo materiales donados para el avance del gran monumento a la fe de los cuencanos. 


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En 1919 es consagrado como décimo Obispo de Cuenca, Daniel Hermida Ortega: presbítero, abogado y teólogo. Gobierna su diócesis durante treinta y cinco años, es decir hasta 1954, fecha en la que cede su poder jurisdiccional al Obispo Auxiliar, Manuel de Jesús Serrano Abad, nombrado por el Papa. Monseñor Hermina muere a los 92 años, en 1956.

En este amplio lapso, la obra tosa de la Catedral -a excepción de las torres frontales- llega a su feliz culminación. Además, desde los años cuarenta se comienza a trabajar en la obra fina y en los elementos decorativos, dando prioridad a la fachada principal, y a la portada lateral sur, o de la calle Sucre.

Podemos dividir el gobierno del obispo Hermida Ortega en dos etapas. En la primera (1919-1937), la fábrica de la inmensa Catedral continúa bajo la principal responsabilidad económica y sobre todo técnica, del experimentado constructor autodidacta, canónigo Isaac Peña Jaramillo.

En el transcurrir de los años, el ritmo de las obras depende del flujo de los recursos humanos y económicos. Estos últimos provenientes de donaciones, limosnas y otras contribuciones -en materiales o en dinero- entregados por el pueblo cristiano de cuenca y la diócesis. en estos años no existe ningún aporte entregado por el Estado. En cuanto al acarreo de los materiales necesarios se efectúa, cuando es necesario, mediante las consabidas mingas, en las que participan personas adultas de la ciudad y del campo, con la inclusión de mujeres y escolares.

El inmenso edificio erigido, pacientemente, con el barro cuencano, y por los artesanos del pueblo azuayo, avanzaba -año tras año- en sus gruesos muros, sus robustas pilastras estructurales y decenas y decenas de arcos y columnas, así como otros elementos arquitectónicos. Básicamente se respetaba el plano original con su mezcla de estilos: románico, gótico y renacentista.

En 1937 moría Isaac Peña Jaramillo, el gran constructor (en el gobierno eclesiástico de dos obispos) de buena parte de la obra tosca de la Catedral Nueva; además de que, por otra parte, había dirigido la edificación o remodelación de otros templos de Cuenca y, concretamente, de la Catedral Vieja y de San Francisco.

"En realidad no fue arquitecto, pero su genio y dotes extraordinarios le permitieron dirigir esta obra magnífica, 23 años de su vida los dedicó a los servicios de la Catedral, pues ésta, desde que fue elegido como Procurador de Fondos y Promotor Capitular, prosperó mucho. Su paciencia y laboriosidad permitiéronle entregar al pueblo cuencano concluidas ya las llamadas medias naranjas y en estado de terminar la primera gigantesca cúpula del ábside y comenzada la cúpula frontal" (Carpio, 1977)

*En 1938, el sacerdote y poeta Manuel María Palacios Bravo, tomó la posta en la administración de los recursos económicos y en la dirección de la fábrica del inmenso monumento a la fe católica del pueblo cuencano. Pero, ante todo fueron la dedicación y habilidad de centenares de trabajadores (albañiles y peones), quienes -ladrillo a ladrillo, día a día, en soles y lluvias- trabajaban incansables, bajo la dirección del albañil mayor y del sobrestante.

En las obras concretas de la construcción, era el "maestro mayor" quien controlaba la ejecución y la calidad de la edificación, desde el armado de los altos y amplios andamio. Entre 1908 y 1941, año de su muerte, desempeñó estas delicadas funciones, el albañil Pascual Lojano. En este último año el Cabildo Eclesiástico contrató "como nuevo albañil mayor a Luis Antonio Chicaiza denominado por sus grandes dotes" "El Ingeniero". En 1942 empezó a prestar sus servicios, Eloy Campos Garcés, "artista, escultor en madera y mármol, discípulo de Abraham Sarmiento". Entre sus primeras obras estuvo el elegante Ojo de Buey o "rosetón" de la fachada. "Desde entonces el Señor Campos continuó con los trabajos de la Catedral durante 32 años en su mayor parte como Director de los marmoleros"

    También en los años cuarenta se trabajó intensamente, en los elementos estructurales y ornamentales de la inmensa, complicada y bella cubierta. Así pues, con millones de ladrillos, decenas de miles de sacos de arena y cal y -principalmente- con el esfuerzo de sus constructores intelectuales y manuales, se acercaba (al finalizar los años novecientos cuarenta y comenzar los cincuenta) la conclusión de la obra tosca del colosal monumento a la fe religiosa azuaya.

En su exterior , el ciudadano de Cuenca, y el viajero, podían apreciar ya el imponente y bello volumen armónico de sus muros, de sus arcos, alargadas y estrechas ventanas, de las medias naranjas, con sus torrecillas o linternas, los cuarenta y cinco torreones ornamentales, y -sobre todo- la imponente figura de sus tres majestuosas y descollantes cúpulas. Asimismo se terminaba la ornamentada y bella fachada de ladrillos comunes y especiales; y se alzaban airosas las dos torres gemelas, las cuales se detenían, inconclusas (no sabemos hasta cuando), en los 41 metros de altura.


Ahora bien, el avance de la obra tosca hasta su culminación, y en los años siguientes de la costosa obra fina, no hubiera sido posible que marche a buen ritmo -en especial desde los años cuarenta, década de inflación-, sin contar con nuevos legados y contribuciones de los católicos cuencanos. Felizmente, y por fin, hubo una pequeña ayuda del presupuesto nacional. En lo tocante a significativas donaciones de cuencanas, nombremos a dos: en 1939, Adelaida Hinostroza de Palacios contribuyó con 55.000 sucres, producto del legado de su casa; y, en 1947, Manuela Celestina Piedra aportó con 96.000 sucres a las finanzas de la Catedral.

Por gestiones del canónigo Palacios Bravo, en 1940, siendo Presidente de la Cámara de Diputados el Doctor Andres F. Córdova (a quién alguien dijo ser "el cañarejo más cuencano de todos los tiempos"), y Presidente del Senado el doctor CArlos Arroyo del Río, se emitió un decreto que creaba un impuesto al consumo de la sal en la provincia del Azuay, en beneficio de la construcción de la Catedral. Los ingresos por esta contribución fiscal, aunque no eran mayores, constituían una renta permanente para los siempre exiguos fondos de obra tan grande. 

Luego, el incansable promotor Manuel María Palacios, logró que el presidente José María Velasco Ibarra -durante su segunda administración, de 1944 a 1947- ampliara la contribución estatal proveniente del gravamen al consumo de la sal, la cual se fijó en la cantidad de un millón, que tenía que ser entregada "por dividendos de 20.000 sucres mensuales hasta el año de 1957" (Carpio, 1977)



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Hemos caracterizado antes, que en los años 1950-1960 fueron de crisis socio-económica para Cuenca y su Región. En este contexto, la Diócesis de Cuenca (Azuay y Cañar), culminaba la obra tosca de su gran Catedral, y adelantaba -a buen ritmo- la obra fina de su fachada, de la portada sur y de su interior. En 1950, el maestro Luis Chicaiza dirigió la construcción de la cúpula mayor o central, de 53 metros de altura. Su ancho y elegante tambor, con 12 metros de diámetro, se armó con rieles de ferrocarril retorcidas al fuego. Anotemos que en su construcción murieron dos jóvenes trabajadores (uno de ellos sobrino del maestro Chicaiza) al caer del altísimo andamio.

En 1951 se efectuó la instalación eléctrica, lo cual facilitaba el trabajo de la obra fina en el interior que era bastante oscuro. En los años siguientes, decenas de pintores, marmoleros, decoradores y otros artesanos y técnicos, realizaron el terminado de las grandes superficies interiores, empezando por las cúpulas. Por su parte los marmoleros, bajo la dirección de Campos Garcés, se dedicaban al revestimiento con mármol cuencano, de las pilastras y de las columnas del interior, así como de otros elementos de dentro y de fuera del magnífico templo.

Para noviembre de 1954, el piso de mármol del Presbiterio estaba ya colocado, pues allí tuvieron lugar las ceremonias de la consagración y de la celebracvión, de la primera misa episcopal, del "Obispo Auxiliar" Manuel de Jesús Serrano Abad. El pueblo cristiano asistió a estas primeras ceremonias en su Catedral aún inconclusa en su interior. El piso de las naves era entonces aun de tierra, aunque estaba debidamente nivelado con la maquinaria municipal; trabajo ordenado por el alcalde, Coronel Miguel Ángel Estrella. En abril de 1957, el jefe de la Iglesia cuencana, Monseñor Manuel de Jesús Serrano Abad, era ascendido por el Papa Pío XII, a la calidad de primer Arzobispo de la Arquidiócesis de Cuenca. 

Por su parte, el año de 1954, el canónigo Palacios Bravo contrataba al arquitecto Gastón Ramírez Salcedo para el control general de las obras en ejecución. De esta manera, fue el único profesionalk graduado que intervino, en especial en la supervisión de los acabados u obra fina del mayor templo de Cuenca. Como hemos anotado en la presente síntesis, desde los orígenes, la edificación del templo estuvo dirigida por eclesiásticos, y la responsabilidad directa de las faenas de la construcción estuvo en manos del "albañil mayor".

También en los años novecientos cincuenta y sesenta intervinieron tres técnicos españoles contratados: Manuel Mora, Salvador Arribas y Guillermo Larrazábal. El primero, "dirigíam los trabajos de cuero repujado y escultura en cerámica, fue quien hizo las pechinas internas de la Catedral con una galería de evangelistas forjados en barro y recubiertos con dorado". Salvador Arribas, "orfebre que colaboró con las talladuras del tabernáculo del Altar Mayor". Por su parte, Guillermo Larrazábal diseñó y elaboró la mayor parte de los vitrales, mientras otros se pedían a Bélgica y Alemania.

Los tres europeos nombrados en el anterior párrafo "trabajaban asociados en su producción industrial dirigidos por el gerente doctor Francisco Alvarez González (en ese entonces Decano de la desaparecida ya Facultad de Filosofía de la Universidad de Cuenca); se identificaba tal empresa como ALMA".
El tallado del principal elemento decorativo interior de la Catedral -el Baldaquino-, se trabaja cuidadosamente en madera,  por el religioso salesiano José Gazzoli, quien se inspira, en parte, en el baldaquino barroco de la Basílica de San Pedro de Roma, obra del famoso escultor y arquitecto Juan Lorenzo Bernini, aunque Gazzoli incorpora elementos estilísticos de otras escuelas. Cuatro sobrias y sólidas bases de mármol, de factura renacentista sostienen igual número de columnas talladas al estilo barroco con sus capiteles corintios. Luego viene el domo o cúpula del baldaquino con elementos renacentistas y platerescos. Desde el borde superior y más amplio del domo se inicia el remate: con dos ángeles victoriosos a los costados y el símbolo de la cruz, al centro, en la cúspide.

En el segundo lustro de la década de los cincuenta, y a inicips de los sesenta: las paredes interiores, las grandes pilastras que sostienen las tres naves, las numerosas columnas adosadas con sus capiteles corintios, los arcos grandes y  medianos, las cornisas y nervaduras; en una palabra, todos los elementos estructurales y ornamentales del interior, iban apareciendo finalmente terminados. Asimismo se colocaban los altares laterales tallados en mármol, obra de los artistas Eloy Campos, César Quishpe y Pangol. a su turno se colocaban los vitrales, mientras los pisos eran revestidos con mármoles italianos y de algunas minas de la región de Cuenca.

Para el dorado del baldaquino se había contratado, en 1958, a dos técnicos quiteños. Mientras tanto, el maestro "Luis Chicaiza aprendió de éstos la manera de bruñir y aplicar el dorado y posteriormente, él solo decoró los capiteles y demás adornos de todo el tempo" (CArpio, 1977)

Mientras tanto, también en el exterior se hanían realizado los terminados previstos para la fachada que mira al Parque Calderón o a la Catedral Vieja. En ella, como elemento estilístico destacado, el maestro Eloy Campos Garcés trabajó el elegante rosetón. Debajo de éste se colocó el grupo escultórico que representa a Cristo con la Eucaristía en sus manos, y a dos ángeles a los lados en actitud de adoración.

Las tres puertas de la fachada, las cuales dan al portal, fueron ejecutadas por Daniel Elías Palacios. En tanto que las portadas eran disñadas por Eloy Campos y se ornamentaban bajo su dirección. La maciza puerta central es de estilo renacentista. Sobre ella se disponen anillos concéntricos de estilo románico; a cada uno de sus costados, se ha colocado seis columnas adosadas, cubiertas de mármol y con su fuste liso; los capiteles están decorados con los bustos de los doce apóstoles y con sus racimos de uva (elemento simbólico este último, muy frecuente en el decorado tanto interior como exterior del templo). La portada del lado sur, es decir la que da a la calle Sucre, es algo más sobria. Sobre ella están una elegante ventana bífora y un rosetón similar al de la fachada principal.

En la singular e imponente cubierta, las torrecillas de las medias naranjas y las tres magníficas cúpulas grandes se habían cubierto con azulejos importados de Checoslovaquia.

Desde 1952, la economía -para el adelantado de los numerosos y caros trabajos de obra fina y decorados- había sido manejada, y luego administrada, por Manuel de Jesús Serrano Abad. Nuevas limosnas y donativos (además de pequeñas ayudas de los gobiernos de turno), como la participación en los diezmos, colectas especiales, el producto de las cotizadas bóvedas y nichos de la cripta, otras generosas contribuciones voluntarias -esta vez también de personas "nobles y ricas" de la ciudad- permitieron la feliz culminación del singular y representativo monumento religioso de Cuenca de los Andes.

Así se llegó a 1967. Desde el mes de enero se intensificaron las misiones y otros preparativos religiosos para la consagración oficial de la Catedral arquidiocesana. El Arzobispo Serrano Abad contrató personalmente, en España, el "Cristo Moreno" para el altar mayor y, en Italia, la gran estatua de bronce de Santa Ana, destinada a la parte superior y central de la fachada. La ciudad de Cuenca -que en 1967 se acercaba a los 70.000 habitantes- se disponía a inaugurar el mayor y más significativo monumento arquitectónico de su historia.

El 28 de Mayo de 1967, a los 82 años del comienzo de los cimientos tuvo lugar la solemne ceremonia de la "Consagración" de la Catedral de la Inmaculada. También en este día y los siguientes se realizó, con gran pompa y solemnidad, el IV Congreso Eucarístico Nacional. Por la ciudad de Cuenca, presidían las ceremonias: el arzobispo Serrano Abad y el alcalde Ricardo Muñoz Chávez. Entre los invitados especiales se destacaban: el Nuncio Apostólico o Embajador del Vaticano en Quito, el cardenal Julio Doepfner "Delegado Pontificio", el presidente Otto Arosemena y los obispos del Ecuador. 
(Nota: Para el siglo XX, nos hemos inspirado principal, aunque no exclusivamente, en la monografía inédita de Mercedes Carpio Mogrovejo, 1977)

LA NUEVA CATEDRAL DE CUENCA: RESEÑA HISTÓRICA.

LOS INICIOS (s. XIX):


Al crearse la Diócesis de Cuenca, el primer obispo, José Carrión y Marfil (1787-1798), insistió en su idea -utópica por falta de recursos y de apoyo-, de construir una gran catedral, "como la de Málaga" decía el prelado. Pasado algún tiempo, el proyecto de contar con un edificio digno de ser "la iglesia madre" de los templos de la diócesis, dio un paso importante cuando, en 1874, el obispo Remigio Esteves de Toral obtuvo del Papa Pío IX, la aprobación para que se levante un templo destinado, exclusivamente a Catedral. Además en Cuenca se necesitaba un edificio distinto al de la colonial "Iglesia Mayor", la cual, desde la creación del obispado, tenía la doble función (con frecuentes dificultades) de Catedral y de Parroquia del Sagrario.


En enero de 1885, Miguel León Garrido (1824-1900) fue consagrado como obispo sucesor de Monseñor Remigio Esteves de Toral, fallecido el año anterior. La decisión del nuevo prelado de comenzar la construcción de la catedral se concretó desde septiembre del mismo año de 1885, con el diseño y el inicio de la excavación de los cimientos que requería el colosal templo deseado por "el obispo de la sublime locura", quien quería para Cuenca, una catedral "tan grande como mi fe" (Rivera, 2001).

Mientras tanto, la elaboración de los planos se había encargado al Hermano Juan. Sobre el comienzo de los cimientos y la posterior elaboración de los planos definitivos, el religioso redentorista escribía a su hermano Crisóstomo, en enero de 1886: "Este enorme edificio, el cual ha de constituir un monumento a nuestra época, se empezó a construir hace cuatro meses.
Actualmente nos encontramos en plena obra, asentando los cimientos y la capilla subterránea. Estoy ocupado trazando los planos, los cuales probablemente tarde un año en acabar, porque la ejecución de semejante edificio, para tener todos los detalles, hace falta dibujar un libro entero"...

En diciembre de 1886, el obispo León presidió la solemne bendición y colocación de la "primera piedra". Para entonces continuaba, aunque con ritmo lento, el trabajo de la apertura de los cimientos. El problema principal a resolver fue el desalojo de las aguas.Para ello, debió abrirse profundas zanjas y un "gran canal" que iba a desembocar en el río Tomebamba.

La elaboración de los planos definitivos (es decir de los aceptados por el obispo Miguel León), requirió paciencia y tiempo. Así pues, solamente en el mes de febrero de 1888, se firmó -entre el Obispo y su Cabildo Eclesiástico, por una parte, y la Comunidad Redentorista, por otra-"el acta"-
 para "el levantamiento de los planos a los cuales se ha de sujetar la fábrica de la Catedral". En la cláusula cuarta se especificaba que "el ejecutor de los planos no debe ser otro que el Hermano Juan".

En la cláusula quinta se decía: "El Venerable Capítulo por su parte, se obliga a remunerar a la Comunidad de Redentoristas por los trabajos antedichos, con la cantidad de quinientos pesos sencillos por año que se pagarán por mensualidades iguales desde el 12 de septiembre del año de 1885.... ". En este contrato se precisaba también, que "el Hermano Juan o cualquier otro arquitecto que le subrogue por ausencia o muerte, se encargará de dirigir la ejecución de los planos, visitando los trabajos una vez por semana y las más veces que juzgue necesario hacerlo ....".

Obsérvese que de la cita tomada de la cláusula quinta se confirma -como hemos anotado antes- que las primeras obras del monumental edificio religioso habían comenzado en septiembre de 1885.

Hasta el año de la muerte del Hermano Juan (enero de 1899), los difíciles trabajos de cimentación, y "las murallas de la cripta", avanzaban con un ritmo aceptable, a pesar de los limitados recursos económicos y los escasos medios técnicos. En cuanto a los primeros, provenían de aportes del obispo, del 10% de la renta de los canónigos (de 1885 a 1890), de participación en diezmos y censos (intereses de dinero prestado por la Iglesia), de las limosnas de los fieles, y de aportes de benefactores.

Además, entre 1890 y 1898, se recibió una pequeña contribución del gobierno central, de aproximadamente 2.600 pesos anuales. (Obsérvese que aunque la moneda oficial era el sucre, se seguía contratando en pesos).
En cuanto a la mano de obra no escaseada. Para el acarreo de los fuertes volúmenes de materiales necesarios para los cimientos (piedra del río, arena, cal; en esa época no se utilizaba cemento), se realizaban las consabidas mingas. En éstas, participaban también hombres, mujeres  y niños de la ciudad.

Desde 1889, la pugna entre el obispo León Garrido y los Canónigos, principalmente por motivos económicos (entre ellos por haberse negado éstos a continuar aportando el 10% de sus canonjías para la fábrica de la Catedral)., se iba agravando hasta que, en septiembre de 1890, el virtuoso y reformista prelado fue "suspendido" por Roma en la administración de su diócesis. No obstante, el largo y difícil trabajo de la cimentación continuó en la última década del siglo XIX, con el "Administrador Apostólico", canónigo Benigno Palacios Correa,

Por su parte, el Hermano Juan debió emplearse a fondo en el control de la calidad de los profundos cimientos y de los muros de la cripta. Además, al escasear los recursos técnicos que requería la gran edificación, el autodidacta constructor debió, por lo menos en dos ocasiones conocidas, realizar pedidos de materiales y herramientas que debían ser traídos de Europa. De las gestiones de compra y embarco se encargó el ferviente católico y dinámico empresario Carlos Ordoñez Lazo.

Al fallecer Juan Bautista Stiehle (1899) los sólidos cimientos -de piedra, cal y arena-, así como la cripta, estaban terminados, y empezaban a aparecer los muros. Para la continuación del voluminoso y singular edificio religioso -de ladrillo o barro cocido cuencano- quedaban ocho artísticos y detallados planos. Estos son, actualmente, preciado patrimonio de la Curia de Cuenca. En el mes de abril del último año del siglo XIX (1900), fallecía también el depuesto obispo Miguel León, gestor inicial de la mayor obra arquitectónica monumental de Cuenca. 

Desde 1890 hasta su muerte el perseguido obispo Miguel León, no había podido intervenir en el adelanto de la obra por él iniciada. "El sacerdote ejemplar, el teólogo profundo, el obispo apostólico y santo", " ....porque se declaró enemigo de la simonía y de la superstición, de la opulencia sacerdotal y de la codicia desenfrenada de los frailes y los curas; porque condenó los extravíos religiosos de las muchedumbres, sus idolátricas fiestas y sus desbordamientos de fanatismo, sus falsas creencias y prácticas propias de paganos... en una palabra, porque quiso que el sacerdocio y el culto tornaran a ser dignos de la religión de Jesús", murió en el desprecio y en el abandono de la mayor parte del claro y del fanatizado pueblo católico. "El gobierno radical de Alfaro tuvo que erogar aun los gastos funerales de tan eximio perseguido, de mártir tan digno de veneración en la República; mientras el Capítulo Catedral le negaba hasta los postreros honores que el rito católico prescribe para la muerte de los obispos....".

     "La posteridad bendecirá la locura del Obispo León; y maldecirá a los fariseos que lo martirizaron a causa de sus eximias virtudes y de su empeño en depurar y enaltecer a su rebaño". "!Quién nos diera tener varios obispos locos, con la bienhechora y santa demencia del sabio sacerdote LEÓN!". (José Peralta, en "Tipos de mi Tierra").



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MÁXIMAS, SENTENCIAS Y PENSAMIENTOS


{A}


Abogado.- La superioridad de talentos de un abogado, o de un general del ejército, no consiste en que éste gane todas las batallas y aquél todos los pleitos; sino en que cada uno sepa desistir oportunamente de lo que no pueda ganar.

Abundancia.- La abundancia de víveres prueba escasez de dinero; así la multitud de leyes es signo de poca libertad.

Aduladores.- Los aduladores y pretendientes son como los pordioseros, que no miran la virtud o los vicios de las personas, sino la posibilidad de éstas para dar algo.

Ambición.- La democracia es la infancia de la ambición; la aristocracia la vejez.
Bienaventurados los ambiciosos, porque de ellos es el reino de este mundo.

Amistad.- Tener amistad con todos no es posible ni conveniente; pero amar a todos es posible y necesario.
                 La amistad es un género que cuesta muy caro. El que no tiene amigos se expone a perecer, y el que los tiene, a ver desengaños. En el comercio de este mundo no se compra el consuelo sino como una mercadería preciosa de un país pestífero.
        La amistad es como la hermosura, que varía según el tiempo, y al fin se acaba.
La amistad es una planta que se marchita sin el riego de los regalos.

Amigo.- Conviene que tu amigo sea algunas veces amargo; porque, si siempre fuera dulce, tal vez te lo comerías todo.

Amor paterno.- Por más que ames a tus padres, nunca llegarás a exceder su amor. Los padres comúnmente pecan por exceso, y los hijos por defecto. El amor es una atracción: la fuerza atractiva está en los padres. Si te emancipas de ellos, no por eso se acaban tus relaciones. Ve un árbol, y observarás que las hojas y frutos se desprenden y caen al pie del tronco que los produjo, para fecundarlo y producir arbolillo a su presencia. Casi toda la naturaleza presenta fenómenos semejantes.

Amor a la patria.- El filósofo ama a su patria, y quiere verla en un estado de perfección; el ciudadano la ama, aunque sea imperfecta, porque es su patria. El uno es un adulto, que se avergüenza de las imperfecciones de su madre, y el otro es un niño que se complace con ella según las impresiones de la naturaleza. Véase por qué hay más patriotismo en el ciudadano que en el filósofo. 
¿Y qué es un ciudadano? Es un hombre que mira su patria como el mejor punto del universo. Un hombre que morirá por ella, son el fanatismo de Catón y la imprudencia de Pompeyo.

Amor propio.- El amor propio es el fénix de los vicios: vive mucho tiempo, y cuando muere renace de sus propias cenizas.
El amor propio es un veneno como todos los demás: útil en algunos casos.
Manos daño te causará tocar un avispero, que el amor propio de los hombres.

Anarquía.- Siendo la anarquía la tiranía de muchos, es preferible un tirano que sofoque aquélla, y hasta cierto punto, es digno de elogio.

Apologista.- Si quieres ser un buen apologista de la religión, basta que leas dos obras: De Civitate Dei, de San Agustín, y la Apología de Tertuliano. Y si quieres ser incrédulo, no leas nada. La religión es positiva; la incredulidad negativa. Es la mayor necedad trabajar para ser incrédulo, pudiendo serlo sin trabajo alguno.

Aristocracia.- La aristocracia es a la democracia lo que la tierra al aire. La primera firme, por su naturaleza, y la segunda movible. Ambas se tocan, y ambas son elementos de la sociedad política. Una pura democracia o una pura aristocracia, serían vicios, así como sería una necedad, según la presente providencia, querer que viva el hombre en la tierra sola, sin aire, o en el aire solo, sin la tierra.

Aritmético.- El mejor aritmético es el que sabe sumar y multiplicar sus faltas, restar y dividir las ajenas.

Artes.- ¿Cuál fue el primero que introdujo la maldita distinción de artes liberales y mecánicas, y retrajo de éstas una infinidad de brazos? El diablo, que es el autor de la ociosidad.

Ateísta.- Los ateístas niegan la existencia de Dios y hablan bien de la virtud; pero la virtud sin Dios, es nada. Para ser consiguientes deben negar también la existencia de la virtud. Y como el ser consiguiente es ejercer alguna virtud, se sigue de los mismos errores de los ateístas la demostración de la virtud y la necesidad del Autor de ella.

Autoridad del Papa.- El Capitolio y el Senado no podían subsistir con el Vaticano y el Conclave; y querer resucitar ahora el Capitolio sobre las ruinas del Vaticano es uno de los delirios de nuestro siglo.
Hubo un Tito, destinado para la destrucción del mejor templo de su siglo; y no habrá jamás otro Tito para destruir el templo de todos los siglos.
César-Sumo Pontífice era común entre los antiguos romanos; los modernos no quieren César-Papa, porque son italianos.
    La incompatibilidad del dominio temporal con el sumo pontificado, es más bien doctrina protestante, que católica.
Lo superfluo es cosa muy necesaria, ha dicho un grande ingenio. Si el dominio temporal es superfluo
para el Papa, es necesario sostener el Cristianismo.
A la iglesia toca decidir si el gobierno temporal es incompatible con el Papado; y ni la escritura ni la tradición suministran pruebas negativas.

El texto: Regnum meum non est de hoc mundo, es semejante a estotro: "El Hijo del hombre no tiene donde reclinar su cabeza" (1).
Véanse las conclusiones: _Jesucristo dijo: Mi reino no es de este mundo; luego el Papa no puede tener autoridad temporal . El Hijo del hombre no tiene dónde reclinar su cabeza; luego el Papa no puede tener ni una casa, ni un lecho, ni una almohada en que reclinar su cabeza. Esto ¿no es risible?
      Se dice: Los primeros Papas no tuvieron autoridad temporal. Esto, lejos de favorecer a los contrarios, prueba la necesidad de la autoridad temporal. Los primeros Pontífices fueron todos mártires; y no habrían sido tales, si hubiesen sido soberanos independientes. El martirio es un don de Dios, y nosotros no debemos exponer a los hombres a una prueba semejante.
Si todos los soberanos fuesen católicos y todos los fieles sumisos, el jefe universal de la iglesia podría estar entre ellos como un padre entre hijos virtuosos. Pero, si algunos de éstos son rebeldes, es menester que el padre tenga otro género de vida para ponerse a cubierto y conservar su persona y carácter.

fvs

ADVERTENCIA:


(1) Vulpes foveas habent, et volucres coeli nidos: filius autem hominis non habet ubi caput reclinet. (Math. VIII, 20.-Luc. IX, 58)