Yo creo que las siguientes máximas, sentencias y pensamientos, son originales, esto es, producciones mías que me han ocurrido cuando he escrito o meditado. Sin embargo, como he leído a Pascal, La Bruyére, Vauvenargues, La Rochefoucauld y otros que tratan de esta materia, tal vez, sin advertirlo, he imitado algún pensamiento de aquellos escritores. Pero aún en este caso no dejará de ser original; porque la imitación no quita este carácter. Marmotel, contestando a un crítico, decía: "Yo me atrevo a predecir a todos los que como él quieren cosas nuevas, es decir, inauditas, que jamás se les satisfará, sino a expensas del buen sentido."
Otro escritor trae estas notables palabras: "Imitar no es ser plagiario; es luchar, como dice Boileau, con su original...; es nutrir su genio; y aumentarlo con el genio de los otros (1)". Todo esto se comprende en este bello pensamiento de Pascal: "Hay hombres, dice, a quienes no les gusta jamás que un autor hable de lo que otros han dicho: y por otra parte, se le acusa de que no dice cosas nuevas. Pero si las materias de que trata no son nuevas, la disposición es original. Cuando juegan a la pelota, es una misma con la que juegan todos; sin embargo, uno sabe colocarla mejor. Yo quisiera también que se le acusase del uso de palabras antiguas: como si los mismos pensamientos no formasen otro cuerpo de discurso, por una disposición diferente, de la manera que las mismas palabras forman otros pensamientos por las diferentes disposiciones." Empero, si yo conociese cuál pensamiento era una imitación servil, lo excluiría para contentar a estos hombres, que sólo quieren cosas inauditas; aunque, por otra parte, ellos no sean siempre el modelo del buen gusto.
El objeto que debe proponerse todo escritor moralista es la reforma de las costumbres. Muy poco se adelanta con la censura de los vicios de antaño; es preciso elogiar las virtudes y atacar los vicios dominantes del siglo en que se vive.Una obra de máximas y sentencias es más a propósito para este fin, que las que causan tedio por la difusión de sus preceptos y ejemplos. Esta bella sentencia de un escritor: "Niña, las cuerdas del instrumento son saetas de Cupido.", hace más impresión que cualquiera invectiva, publicada en tantos libros contra la mala educación de las jóvenes.
Debo también advertir que yo no soy hombre de partido; y por lo tanto, en la pintura de algunos caracteres y refutación de varias doctrinas, he procedido con toda la imparcialidad necesaria.
Pensaba dar las definiciones de máxima, sentencia y pensamiento; pero he reflexionado que, hallándose estas nociones en tantos libros, era excusado transcribirlas aquí.
Si la presente obrita tuviese mérito, ella serviría para el progreso de los conocimientos; así las Máximas y reflexiones morales de La Rochefocauld sirvieron para dar impulso a los ingenios franceses, que yacían aletargados antes del siglo XIV, según dicen varios escritores. Pero no pudiendo yo prometerme semejante dicha con respecto a mis compatriotas, doy a luz a mis débiles pensamientos para excitar a otros a que se dediquen a este género de escritos, que son tan útiles, y por lo mismo muy raros.
En fin, he procurado establecer algún método, colocando los pensamientos por el orden alfabético: de esta suerte, el lector podrá hallarlos fácilmente, y aun recomendarlos a la memoria, si quisiese.
FR. V. SOLANO
(1) VOLTAIRE: Essay sur la poesie epique.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario