¡Fuego, fuego, volcanes andinos!
inflamando la esfera, bramad;
que del muerto gigante la sombra
¡Hoy se yergue soberbia y audaz!
Rayos vibra su diestra terrible;
son sus iras las iras del mar,
y las hordas que ataca y dispersa;
polvo en alas de raudo huracán.
Cuando blande su acero fulmíneo;
campos brillan de lumbre inmortal;
para el héroe centellas de gloria,
para el pueblo otra luz ¡libertad!
¡Fuego, fuego, sublimes volcanes!,
un saludo al egregio Titán
que del Ávila al Misti desata
furibunda y veloz tempestad.
A su voz se estremecen los Andes:
es el dios de la guerra, que va
suscitando naciones del caos,
al crujir de su carro marcial.
Destrozada la torpe cadena,
Salta el ciervo a la lid pertinaz,
Y, al traquido del último trueno,
tiene patria gloriosa que amar.
En el vasto palenque de un mundo
estampadas las huellas están
del guerrero que, orgullo del genio
de los siglos asombro será.
Los cien campos de atlética lucha
fastos son que, de edad en edad,
del insigne campeón colombiano
las hazañas al tiempo dirán.
Donde férvida sangre patricia
fue regada en copioso raudal,
bosques hay de sagrados laureles
que el estío no agota jamás.
Encended vuestras crestas, volcanes;
conmoviendo las sierras, tronad;
¡fuego, fuego, que el Sol de Colombia
hoy fulgura con luz secular!
¡Oh eminente Bolívar! ¡Oh Padre!
mil tributos de afectos filial
te consagre la noble progenie,
a quien dio tu valor libertad.
Grito inmenso de júbilo estallle
del Atlante al Pacífico mar;
rompa Olmedo su bélico canto:
¡poblaciones del orbe, escuchad!
¡Ecuador! a las plantas del Héroe
pon, rendido, la espada triunfal
con que en lides sangrientas supiste
de tiranos las huestes postrar.
¡Sea el grande, el excelso Bolívar
nuestro numen augusto de paz;
templo suyo la América toda;
Chimborazo su espléndido altar!
LCC
No hay comentarios.:
Publicar un comentario